Cada vez se hacen más cortas mis agonías y más largos mis letargos, así como los silencios se prolongan indefinidamente. Solo ahora me doy cuenta, nunca estuve realmente deprimida, solo estaba triste y solo he conocido la verdadera depresión hasta que llegué al punto que soy inútil, que no puedo vivir una vida normal, que no puedo mantenerme funcional, hago las cosas mecánicas pero incluso así no está bien, soy inperfecta y estúpida.
Simplemente soy humana y una que se siente muy débil, a pesar de que no he caído como otras lo han hecho a pesar de eso nunca seré suficientemente fuerte para nadie, todos juzgan y para todos soy débil, sin que siquiera tomen en cuenta lo cerca que he estado de obtener mi paz y que aún así sigo viva, no he caído ante la cobardía de ceder mi lugar en el mundo. Nadie sabe lo fuerte que he sido a pesar de todo.
Y con todo y que sé que he aguantado tanto, ahora me siento cansada de verdad, subí tantas veces el ollo y caí siempre, una y otra vez aunque nunca hasta el fondo hasta que de repente me safé por cansancio y quedé tan lastimada por la caída que pretendía quedarme en el fondo, sin moverme, tan cansada... tan cansada... supongo que no puedo quedarme ahí o tendré como consecuencias cosas irremediables que después me dolerán más, como retrasar mi huida por ejemplo... hasta ahora sé una sola cosa: que la verdadera depresión está reservada para aquellos que de verdad tienen en sus planes morir por mano propia o enfermedad, y en mi caso no es así por lo que mantenerme en la depresión es un desperdicio, aunque sea a regañadientes debo seguir actuando, maquinando, mecanizando mi futuro hasta que tenga ganas de volver a reír o a sentir otra vez...
No temas... Tú me tienes a mí... dijiste... creo que no hay otra cosa de lo que hayas echo que me haya dolido más que esas palabras. Tal vez solo con la excepción de un beso que me diste y que yo no te pedí. Las mentiras, las desilusiones, creo que es eso lo que me mantiene aquí.
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