sábado, 17 de diciembre de 2011

Mis alas

Nadie había sabido explicarme las cosas así, realistas pero sin egoísmo, porque digamos la verdad... realmente decidimos hacer algo malo por un bien para alguien más? seguramente no... decidimos hacerlo por un bien pero para nosotros o eso creemos y entonces viene el karma y te chinga, puedes huir, irte lejos, pretender que sigues pero siempre te encuentra y jamás te suelta.


Podría pensar en lo idiota que soy, en lo idiota que fui, en el por qué pensé en alguien que ni siquiera tenía que ver en el entierro, en que no pensé que de verdad sólo importaba yo misma y él y nada más, podría seguir pensando que estuvo bien, consolarme pensando que intentaba darle una oportunidad de regresar después en un momento mejor, pero todo ello es inútil, jamás va a volver y ningún ángel espera por un cuerpo en qué habitar, simplemente su hermano estará esperando el momento adecuado pero mi ángel se quedará allá llorando y no habrá más que la luna para menguar su llanto, hacerle una cuna y arrullarlo por las noches.


Podría pensar que soy un asco, que soy de lo peor, que soy una mierda y peor que eso, pero hacerlo solo haría que todo fuese en vano, ¿morir? por supuesto que no, no merezco tanto. Viviré y asumiré que cometí un error, que elegí mal, que tomé un camino equivocado y no puedo volver y que ante mí se extiende un panorama vacío donde no puedo ver hacía dónde quería ir, no hay caminos... pero cuando no hay caminos los construyes, rehaces de los escombros y haces lo mejor que puedes.


Viviré para ellas, las mujeres que como yo quieren elegir mal, quieren escoger un mal camino en el que se pueden perder. Viviré para darle esperanza a las almas que se quedan, para salvar muchas otras, para dar nuevas oportunidades. Viviré recordando que viviste y nadie me va a negar eso, no fuiste una semilla, fuiste mi hijo y mi amor, mi pequeña razón de querer seguir, mi primer y más grande proyecto de vida, el único que me debió importar. ¿Me serviría de algo estudiar para ser una gran diseñadora? No. Y que lo piensen los que están ansiosos de sentirse grandes, de dejar la insignificancia. Pues bien, no soy insignificante pero no quiero ser grande, aunque mi nombre no aparezca en un lugar importante, mi nombre estará grabado en un lugar mejor, en la lista de aquel que me da esperanza y me encargaré de llegar a ella.


"Anoche soñé que me caía ¿Has soñado que te caes? Yo sí. Intentaba volar pero no remontaba el vuelo y caía al vacío. Antes de llegar al suelo alguien me sostuvo, pero nunca pude verle el rostro. No existía, no era un hombre, era yo. Mis alas eran grandes y fuertes y me llevaba a mí misma a un lugar seguro, aquellas alas me las dio un auténtico ángel y algún día encontraré su rostro"

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