Dios quiera y no tenga que sentirlo así mucho más, qué difícil es...
Simplemente quería que tú lo sintieras igual que yo, que tú sufrieras igual que yo, sentía que era totalmente injusto que tu no lo sintieras, pero aquí está la realidad, padres pueden haber muchos o ninguno pero siempre debe haber una madre y esa fui yo, la madre que no protegió a su bebé y esa realidad me perseguirá toda la vida sin importar qué.
Pero Dios quiera... que ojala un día duerma sin escucharlo llorar, mi bebito precioso, mi dulcecito, mi pedacito de cielo ¿seré yo la única que te amó? sé que si pero no importa bebé, porque ahora sé que nunca necesité nadie más.
Y a eso me tengo que acostumbrar... ellos son dos almas que se sienten bien estando juntas, y ella y yo ya pasamos nuestra etapa, yo dejé de necesitarla cuando noté que dejó de ser a quien yo quería y ella dejó de necesitarme cuando encontró a quien se llevaba mejor con su nueva forma de ser y yo... yo entré en la ecuación dolorosa y valió todo, tengo que acostumbrarme que si tan fuera quiero estar de esa ecuación entonces de verdad debo acostumbrarme a perder a quienes quiero.
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